SOS Racismo: Extranjería y control social

Las cosas que parecen sin sentido muchas veces esconden grandes intereses, no tan de risa. Eso lo sabe bien el movimiento antimilitarista, que tanto ha utilizado la ironía: esas acciones creativas que podían incluso parecer un poco frívolas a los ojos del serio militante de izquierdas trataban de dejar al descubierto la cruda realidad que se esconde tras palabras como servicio social, ayuda humanitaria, ataques preventivos, efectos colaterales…Las políticas migratorias y de control de fronteras están llenas de incoherencias. Sin embargo no es fácil socializar, incluso dentro de los movimientos alternativos, los grandes engaños que esconden.

Si las personas procedentes del África subsahariana en el Estado español no llegan al 10% de la población inmigrante, ¿cómo se entiende que en los presupuestos de 2013 se destinen  1,4 millones en infraestructura de vigilancia de fronteras,  más de 9 millones para la Guardia Civil en vigilancia exterior o 4 millones para el reforzamiento (aún más) de las fronteras de Ceuta y Melilla? ¿Por qué gastar millones de euros en programas militares como Noble centinela, Sea Horse o Frontex? ¿Qué hacen militares y policías españoles en países del oeste de África o en sus aguas territoriales? ¿Por qué se disfrazan de cooperación para el desarrollo acuerdos militares para acciones que no respetan los derechos humanos? ¿Es algo inevitable? ¿Es para salvar vidas humanas? ¿Cómo es que una comisión del Consejo de Europa responsabilizó a la fragata española Méndez Núñez de no socorrer a una embarcación a la deriva en la que terminaron muriendo 63 inmigrantes que huían de Libia durante la guerra en 2011?

La militarización de lo que tiene que ver con el control de fronteras no se produce solo hacia afuera, sino que las fronteras se encuentran en cada esquina de nuestras ciudades. Se realizan redadas de extranjería a personas sin hogar. Nos vamos acostumbrando a controles de identidad racistas en estaciones y plazas. Parece inevitable tener centros de internamiento donde se realizan detenciones administrativas, algo que no se veía en Europa desde los campos de internamiento de la II Guerra Mundial.

Ante estas violencias se han ensayado estrategias de seguridad basadas en la red. Por ejemplo, que cada persona en situación irregular tenga un “espejo” en situación regular para que si la detienen pueda defender sus derechos. Se ha conseguido que cada semana entren visitas en los Centros de Internamiento. Se recibe el apoyo de juristas que buscan los huecos del sistema. Radios amigas alertan de los lugares en los que se están realizando redadas. Se han organizado concentraciones inmediatas ante redadas, hasta conseguir echar a la policía…

Es posible, que en la medida que más personas en situación irregular participen de nuestros movimientos sociales, seamos más conscientes de los pasos que se están dando en la militarización de aspectos cotidianos de nuestros barrios.

Sos Racismo Bizkaiko. Sos Arrazakeria